TERCERO- SEMANA 29
Danza para la salud
La exploración corporal a través de la danza es un modo de apreciar nuestro cuerpo, de sentirnos bien y de mantener nuestra salud. Estimula la alimentación sana, la dedicación de un tiempo de sueño adecuado y nos genera alegría.
La danza de las tijeras fue declarada por la
Unesco como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad en el año 2010. Es
interpretada tradicionalmente en los departamentos de Huancavelica, Ayacucho,
Apurímac y Arequipa. En la actualidad, también en zonas de la capital del país.
Esta danza es ejecutada en cuadrillas conformadas
por un bailarín, un arpista y un violinista, quienes representan a una
comunidad y compiten poniéndose frente a frente, al ritmo de la música,
entrechocando las hojas de metal para enfrentarse en duelo, realizando pasos
coreográficos, que incluyen acrobacias y movimientos difíciles de ejecutar.
Este enfrentamiento puede durar hasta diez horas,
siendo los vencedores quienes demuestren capacidad física y calidad en la
ejecución instrumental de los músicos acompañantes.
La destreza física y espiritual que implica esta danza
se transmite de maestros a alumnos de manera oral, constituyendo un motivo de
orgullo para los pueblos de donde son originarios.
Los bailarines, con atuendos bordados, con
lentejuelas y espejos, tienen prohibido entrar a las iglesias porque, según la
tradición, sus capacidades fueron adquiridas al hacer un pacto con el diablo,
aunque ello no ha impedido que la danza de las tijeras sea un componente muy
importante de las festividades católicas. Iris Quispe, más conocida como
“Killary de Andamarca” (luna brillante), es una artista textil, investigadora y
una de las seis mujeres danzantes de tijeras de Ayacucho. En una entrevista,
cuenta que es la primera mujer en formar parte de la asociación más antigua de
la danza de tijeras y que, en la actualidad, es integrante del Centro Cultural
Taky Onqoy.
También menciona que desde pequeña ha estado ligada a la danza de tijeras porque toda su familia está involucrada en la tradición. Asimismo, comenta que los diseños de la vestimenta de un danzante de tijeras están inspirados en la naturaleza, en los apus wamanis, en la pachamama, en el tayta inti y la mama killa. Los danzantes de tijeras llevan en las manos hojas sueltas de acero: la más pequeña, es la tijera hembra, que emite el sonido agudo; mientras que la tijera macho, un poco más grande, emite el sonido grave. Sin ellas, un danzaq no sería un danzante de tijeras. Agrega que sirven como resistencia y protección contra las malas energías.
La danza de las tijeras requiere una preparación intensa,
tanto física como mental, y no todas las personas la pueden ejecutar; sin
embargo, todos la podemos disfrutar y apreciar su valor cultural y la destreza
admirable con la que es ejecutada.
Actividad: Danza,
cuerpo y mente
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